Hace algunos días me preguntaban cuál es el lugar idóneo para leer, considero que cada cual tiene un sitio propio. A un amigo le gustaba leer en la playa, algunas personas pensarían que se trata de un desperdicio; hay quienes leen en el transporte mientras se desplazan, sobre todo en las ciudades con tráfico, porque uno invierte mucho tiempo en ir a un lugar; otros por su parte, prefieren la banca de un parque a la sombra de un árbol. Creo que el lugar no tiene tanta relevancia como lo que se está leyendo, si una historia nos ha atrapado, somos capaces de dedicar muchas horas sólo por conocer el desenlace y entonces el lugar es lo de menos.
27 septiembre 2007
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